Todo empezó con un sueño…
Nuestra Historia
Era el año 1902 cuando una familia italiana de Bari embarcó hacia la aventura de construir una nueva vida. Subieron a un barco rumbo a Brasil y acabaron en la ciudad de Campinas para trabajar en plantaciones de café. En 1908 el hijo mayor abrió una pequeña tienda en el Mercado Municipal de la ciudad, donde vendía granos de café verde a clientes finales. ¿Qué tenía de especial este pequeño negocio? El muchacho decidió tostar café y enseñar a las amas de casa a hacerlo correctamente. EDUCAR forma parte de nuestra esencia desde el principio. Él se casó con una joven valiente y juntos construyeron una tienda especializada en productos gourmet. Pero nuestro relato sobre café acaba rápido, ya que la familia decide regentar una gasolinera. El matrimonio falleció joven y su hijo mayor pasó a ocuparse del negocio familiar y cuidar a sus hermanos pequeños. Su nombre era Donato. Fue allí donde la RESISTENCIA, PERSEVERANCIA Y COMPROMISO pasaron a formar parte de su negocio y de los otros que vendrían después. Joven e inexperimentado como era, no consiguió mantener el negocio en funcionamiento. Pero cuando la historia estaba a punto de terminar, un hombre a quien Donato ni siquiera conocía ofreció su propia casa como aval para que el negocio continuase. El hombre sólo dijo que un día conoció a los padres de Donato y que estaría encantado de poder ayudar. Si no hubiera sido por él, probablemente esta historia se habría escrito de otra forma. Fue entonces cuando la FE, ESPERANZA, SOLIDARIDAD y RESPETO hacia los demás se sumaron a nuestros valores, recordándonos nuesto deber de «retribuir» a la sociedad por todas las ocasiones que nos ha brindado. El negocio de recambios para coches iba creciendo con DEDICACIÓN, PASIÓN y, por encima de todo, RESPONSABILIDAD para ofrecer siempre lo mejor a nuestros clientes, nuestros trabajadores y la sociedad. El corazón EMPRENDEDOR de la familia los hizo invertir nuevamente en agricultura en 1976. Fue entonces cuando nació Daterra. Tras algunos intentos en el ramo, desde ganado a la producción de aguacates, acabamos encontrándonos de nuevo con aquel grano que dio comienzo a toda esta historia: el café. Siendo sinceros, no sabemos si el café nos reencontró a nosotros o si nosotros inconscientemente fuimos tomando el camino de vuelta a él. El hecho es que todo lo que transcurrió entre medias nos enseñó principios y valores que, incluso después de tantos años, siguen presentes en cada grano de café que producimos. Y prometemos seguir escribiendo esta historia de una forma que el mundo se merece: ofreciendo siempre lo mejor que podamos para las personas y para el planeta.